Seleccione su producto y complete el formulario. Le informamos sin compromiso.
Rellene este formulario y uno de nuestros especialistas en Productos Estructurados se pondrá en contacto con Usted.
O si lo prefiere, llámenos al teléfono gratuito 900 20 20 43.
¿Qué son los Productos Financieros Estructurados?
Un PFE es la combinación de dos o más productos financieros, creando un híbrido de una alta complejidad y cuyo resultado económico dependerá de la evolución del activo, o activos, subyacente/es.
Los Productos Financieros Estructurados, también conocidos como Depósitos Estructurados, son híbridos que tienen apariencia de rentafija pero que en realidad son productos altamente complejos, con un elevado riesgo de pérdida de la inversión.
Se comercializan como depósitos, a medio y largo plazo, con una, aparentemente, atractiva rentabilidad, pero dicha rentabilidad, y el rescate del principal, se encuentra condicionada a la evolución de uno, o varios derivados o a la cotización de un índice, o de un grupo de acciones.
Estos productos complejos solo son recomendables para expertos inversores con formación específica y años de experiencia en los mercados y, sobre todo, en este tipo de productos.
Por ello, desde Rúa Abogados, sabemos que usted puede recuperar el 100% de su inversión.

¿Qué tipos de productos financieros estructurados hay?
Toda vez que los productos estructurados adoptan diversos formatos jurídicos e infinidad de composiciones, pueden establecerse múltiples categorías en función de los parámetros que determinen la clasificación.
Si de entrada quisiéramos hacer una clasificación de estructurados atendiendo a un criterio “riesgo-rendimiento”, podríamos hablar de 5 tipos de estructurados:
1. Aquellos que ofrecen un patrimonio asegurado y una rentabilidad también asegurada.
Como por ejemplo un fondo garantizado de renta fija.
2. Los de patrimonio asegurado pero rentabilidad total o parcialmente incierta.
Como un fondo garantizado de renta variable, o depósitos y seguros indexados.
3. Los de patrimonio parcialmente asegurado, y rentabilidad total o parcialmente incierta.
Por ejemplo fondos o seguros cuasi garantizados (80-95 %) de renta variable.
4. Patrimonio incierto y rentabilidad asegurada.
Como los contratos de compra-venta de opciones, o “reverse convertibles”, con cupón asegurado pero patrimonio de recuperación incierto.
5. Patrimonio incierto y rentabilidad incierta.
Por ejemplo contratos financieros atípicos de acciones o índices en los que el cupón no está asegurado y además no nos garantizan el poder recuperar el patrimonio inicialmente pactado.
Sobre Rúa Abogados